Hay personas que no se deshacen de su auto, sea porque le es útil, no le ha fallado, no siente la necesidad, o le toma un cariño muy grande a su vehículo. Irv Gordon tiene todas esas razones.
La historia comienza en EEUU en 1966, cuando Gordon se compra un Volvo P1800S (un coupé con motor 1.8 L4, 100 hp, con caja manual y tracción trasera) que después de haberlo probado por casi tres horas, quedó encantado con el vehículo, su aspecto y comportamiento. Y como es fanático de los autos, y manejar es uno de sus placeres, conducía el auto de costa a costa de EEUU para asistir a eventos automovilísticos, o sólo por el placer de manejar. Es por eso que en sus mejores tiempos, al auto le daba unos 160.000 km anuales (si promediamos, todos los dias conducía casi 440 km te encargo las hemorroides) y ya a estas alturas el cuentakilómetros le marca casi 4.4 millones de km recorridos.
¿Y cómo logra mantener en buen estado el auto? Con estrictas mantenciones, y una conducción moderada. A pesar de que el auto siempre ha estado a la interperie (nunca ha tenido un garage cerrado en su casa) soportando todo tipo de climas, incluidos los duros inviernos con nieve en Nueva York, Gordon dice que el chasis aún no tiene problemas de óxido o corrosión. Sin embargo, varios paneles ha tenido que cambiarlos, y ha sido repintado el vehículo un par de veces.
En cuanto a la mecánica, 44 años no pasan en vano para un auto, y menos con semejante kilometraje. El cambio de aceite y filtro lo hace cada 5000 km, todo con partes Volvo. Las bujias las cambia a los 30.000 km, y las correas de distribución lo hace religiosamente acorde a las especificiaciones del fabricante. El carburador y bomba de combustible los cambia a los 1.500.000 km aprox; cambios de amortiguadores, frenos y embragues, mejor ni hablar. Los neumáticos que usa son Bridgestone Potenza, según él son los que más duran (habrá que creerle) Y además tiene como norma no comer o fumar dentro del auto.
Pero a pesar del mantenimiento, las piezas mecánicas no están exentas a fallas. Un ejemplo es que el piñon de la caja de cambios, y los sincronizadores de la 3era marcha tuvieron que ser cambiados al romperse. Además, el motor ha sido reconstruido dos veces, primero a los 1.100.000 km, y luego a los 3.250.000, para compensar el desgaste de las piezas interiores y asegurar el correcto funcionamiento, aunque dudo que los ingenieros de Volvo hayan pensado que alguien usaría tanto el vehículo.
Como no muchas marcas se pueden dar el lujo de decir que su motor es prácticamente eterno, Volvo en agradecimiento le regaló a Gordon un 780 Bertone Coupé en 1987, al superar el millón de millas, ó 1.600.000 km aprox.; al pasar los 2 millones de millas le regaló un C70 coupé, y si pasa los tres millones de millas (4.8 millones de km aprox.) le regalará otro C70 actual, que sería el equivalente de su P1800S. A pesar de esto, siempre ha preferido su viejo auto, va a todas las reuniones de dueños Volvo del país en él, y como él mismo lo ha dicho, su auto ha sido más fiel que su ex-mujer (I hear you, bro, respect) “si nunca me ha fallado, ¿por qué voy a desprenderme de un vehículo que me ha dado tantas satisfacciones?”.
Y a pesar tener 70 años, aún dice tener ganas de seguir recorriendo el mundo en su auto. Conocedor de la gran mayoría de las rutas de Estados Unidos, suele discutir con camioneros sobre cúal es la mejor picada para un café o una comida en la carretera. Quizás, quizás el 2012, cuando cumpla 72 años, jubile el auto de forma definitiva, según cuenta. Pero por ahora, sigue buscando alguna otra carretera bonita por la cual viajar en su fiel Volvo. Eso es amor por los fierros.
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